UTOPIAS NECESARIAS. Alvaro Magán

UTOPÍAS NECESARIAS.
Alvaro Magán Toribio. Madrid, 12 de Marzo de 2009.



En la sociedad occidental en la que vivimos la tecnología ha alcanzado un puesto de privilegio sobre la mejora de las condiciones de vida, proponiéndose, dentro del ámbito de la arquitectura, proyectos radicales basados en la sofisticación tecnológica, o como dice el arquitecto A. Perea:

En estos momentos tienen que salir proyectos raros, raros, raros, basando su aspecto final en la cantidad de horas de trabajo de investigación empleadas. (1)


Se trabaja con técnicas en ambientes interiores que te transmiten todo tipo de sensaciones, echando de menos en los proyectos ese espíritu que se consigue al ubicarlo en un lugar especifico y captar la esencia del entorno.

Esta arquitectura innovadora, como en un trabajo de laboratorio, se puede nombrar con una sola palabra tipo; como es el caso de la arquitectura “inflable”, o soportada por el aire, de Hans-Walter Müller, en donde crea un espacio interior diáfano con proyecciones luminosas en constante transformación sobre el cerramiento de tela, y en el que la persona que la recorre queda envuelto por las sensaciones.

Se inflan y desinflan de acuerdo a un movimiento programado. El hecho de que una construcción pudiera perder su forma, morir y resurgir, estaba en ruptura con la tradición. Esta nueva construcción inflable tenía ese talento, el de aparecer y desaparecer. (2)


Hay un aspecto muy significativo y es que el uso principal que se le da a esta arquitectura es el de exposiciones itinerantes, apareciendo un único caso de vivienda que es la casa del arquitecto. Resulta inevitable la necesidad de apagar las imágenes en algún momento del día en la vida de cualquier persona, por lo que quedaría un espacio diáfano con un enorme ventilador que mantiene la estructura en pie, que con un poco más de potencia podría salir volando y evolucionar a lo que sería la caravana a la vivienda convencional, “el zeppelín”.
No cabe duda de que se pueden crear espacios muy interesantes con esta técnica, pero queda aún mucha investigación, no tanto en los principios constructivos como en los usos, hibridaciones con otras arquitecturas y distribuciones que se pueden crear, con o sin proyección de imágenes.
Otra arquitectura muy significativa es la arquitectura “clima” de Philippe Rahn, en donde se alteran los ritmos naturales y la alternancia del día y de la noche, consiguiéndolo con un recubrimiento estanco, con un espesor del aislante térmico de cuarenta centímetros, y con la modificacion del clima interior. Se crea en el interior un ambiente ideal, una primavera perpetua, o como dice el autor “entramos en invierno y nos encontramos en el verano de Tahití.

El clima (el control de la humedad, la temperatura, la luz, el aire, etc) puede ser una fuente de formas y de funciones que no son predefinidas. (3)


La investigación sobre nuevos espacios y usos lo genera la propia distribución del clima, llegando a veces a escenografías que son descritas por escritores que trabajan con él para poder habitarlas. Reniega del contexto que contendrá sus proyectos, pero la vida se desarrolla la mayor parte fuera de la vivienda, por lo que la sensación de franquear ese límite estanco cada día para ir a trabajar debe ser como el del síndrome posvacacional.

El trabajo de investigación de estos dos arquitectos representa solo la punta del iceberg de lo que llegará a ser su arquitectura, pero será a la hora de enraizar lo proyectos en un lugar concreto cuando se verá el auténtico potencial de esta arquitectura radical al servicio del entorno inmediato. Como decía Le Corbusier :

Acción del trabajo sobre su entorno; vibraciones, llantos o gritos (como los que se originan en el Partenon de la Acrópolis de Atenas), flechas saliendo disparadas como rayos, como si brotasen de una explosión; el lugar cercano o distante es agitado por ellos, tocado, herido, dominado o acariciado. (4)


Ya llegará el momento en el que estas flechas perforarán la fina tela de la arquitectura “inflable” y el grueso espesor del aislamiento en la arquitectura “clima”, desparramando hacia fuera lo mejor de su interior y dejando pasar lo mejor del exterior.

Se ha hablado de la nueva arquitectura a escala del edificio, pasando a una superior al tener en cuenta su entorno inmediato. Pero lo que realmente influye en el modo de vida de las personas es la escala de la ciudad y como las personas intervienenen en ella. Es la arquitectura entendida como el posicionamiento de una persona en la sociedad.

En cualquier tipo de tarea creadora, la persona que crea se une a su material, que representa el mundo exterior a él, ….. el individuo y su objeto se tornan uno, el hombre se une a la naturaleza (mundo exterior sensible) en su proceso de creación. Yo planeo, produzco, veo el resultado de mi labor. (5)


Se ha llegado a construir viviendas que se podrían denominar arquitectura “autoconstruida” de Alejandro Aravena; viviendas sociales con la intervención técnica necesaria del arquitecto pero dejando que las personas que las habiten puedan terminar de construirlas, reduciendo asi su coste y revalorizándose con el tiempo.

El punto es que un buen proyecto de vivienda progresiva se mide en la capacidad de hacerle fácil, económica y segura la segunda mitad de la casa autoconstruida a esa familia, cuestión que nunca es medida en una política habitacional. (6)


Utiliza la arquitectura como una forma de solucionar las preguntas sobre pobreza, desarrollo, igualdad y equidad que se generan en la ciudad, llegando a participar todos en la arquitectura, a ser arquitectos.


Se han expuesto proyectos tan radicales que se les podría denominar “utopicos”, pero todos ellos, al compartir en su génesis el mejorar las condiciones de vida de las personas, se convierten en “necesarios”, y por tanto llegarán a ser cercanos y naturales.



1. Perea, A., Conferencia Corto-Circuitos, Madrid: Universidad Camilo Jose Cela, Marzo,2009.
2. Herreros, J., Vivienda y Espacio domestico en el siglo XXI, La Casa Encendida, Madrid, 2007. pag 91.
3. Herreros, J., Vivienda y Espacio domestico en el siglo XXI, La Casa Encendida, Madrid, 2007. pag 108.
4. Ockman, J., Architecture culture 1943-1948, Columbia books of Architecture, New York, 1993.
5. Fromm, E., El arte de amar, Paidos, Barcelona, 1953. pag 27.
6. Herreros, J., Vivienda y Espacio domestico en el siglo XXI, La Casa Encendida, Madrid, 2007. pag 122.